Lo tuve en mis últimas vacaciones en la isla, en Brasil. Una
demostración de que se puede vacacionar y “trabajar” al mismo tiempo….
10AM: En la playa, casi
nadie… Tirada en la arena leyendo y mirando, a ver si pasaba algo…
Unos metros más lejos, a la orilla del mar, veo que se reúnen varios hombres y un par de
mujeres del lugar. Llega un bote que viene de uno de los barquitos anclados en
la bahía. Está lleno de ladrillos, y todos empiezan a descargarlos. Observo la situación desde mi cómoda posición,
totalmente desparramada en la arena. Ya vacío, el bote se va y regresa con más ladrillos, a esta altura siento cierta
incomodidad en sólo mirar, así que me acerco y sin decir nada empiezo a
descargar, nadie me habla tampoco. Cuando
terminamos de vaciar el bote, uno de los chicos me da una palmada en la espalda
(¿?) y me pasa una lata de cerveza: ”menina, pelo trabalho”…, a lo que contesto:
“gracias, pero si empiezo a tomar ahora no puedo descargar los otros botes”. Su
repuesta fue muy simple: “acá es así, se trabaja y se toma”… No iba a ser yo
quien contradijera su forma de trabajar, así que muy obedientemente tomé la
primera lata. Y así pasaron cinco botes llenos de ladrillos que descargamos
entre todos, por cada uno recibí una cerveza en forma de pago, no podía negarme…
11:30AM: aprovechando mis conocimientos de arquitecta, dibujo
planos en la arena para los recién casados que se estaban por construir su casa..
(espero que ignoren cualquier recomendación que pueda haberles hecho en ese
estado…). Los ladrillos eran para ellos, todos colaboraron, ese día y los
siguientes, descargando materiales.
12AM: ya había terminado mi jornada laboral, estaba nuevamente tirada
en la arena mirando el mar…
…..puede haber un trabajo mejor?
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