lunes, 22 de diciembre de 2014

pequeños deseos para un gran 2015


libertad para ser    historias para escuchar y contar    abrazos apretados    puertas que se abren    lluvia para mojarse    buenos libros por leer    sonrisas compartidas  cervecitas entre amigos    sueños por cumplir     capacidad de disfrute    pequeños encuentros    muchos besos para dar    un rico café    calles para caminar    locuras por hacer    pasiones que movilizan    viajes x vivir    amores x encontrar    miradas que se cruzan    ganas de vivir    asado y vino en familia    proyectos para emprender     mates y buenas charlas    perderse para encontrarse  buen sexo    tardes al sol    sueños cumplidos    una buena foto para sacar    destinos por conocer    boludeces para charlar    cosas nuevas para aprender   alegrías inesperadas    grandes encuentros    deseos que motivan    buena música para escuchar    amigos para compartir    amores encontrados    lugares para perderse    besos que te dan    cambios que reviven    noches para delirar     playas para conocer     paz     365 días para vivir y disfrutar   


Buen 2015 para todos!!

sábado, 13 de diciembre de 2014

Click



Un día sentís: “click”, y te das cuenta que algo cambia para siempre. En mi caso no fue tan repentino, fue un proceso en el que experimenté muchas cosas, conocí muchas personas que me ayudaron a encontrarme de nuevo, y un día acepté frente al espejo que estaba en piloto automático y que me estaba apagando. Du- rí-si-mo aceptarlo, más duro decidir cambiarlo. Difícil que te entiendan, es un proceso muy personal y sólo uno sabe qué es lo que no funciona más. Hay un montón de cosas que uno toma como pre-establecidas, cuesta salir del “deber ser”, de lo que uno conoce, de la rutina, de la famosa zona de confort y bla bla bla.
Me encontré aferrada a cosas, situaciones, personas que ya no me hacían feliz. El sólo hecho de abrir las manos y soltar lo que tenía, se tornó un desafío. Más cuándo sabés que estás soltando algo pero no tenés nada para agarrar, saltás al vacío. Igual cuando están las ganas de vivir plenamente, juntás fuerzas y huevos de donde no tenés, y SALTAS.
Y saltás en busca de una vida más plena, más sincera, más sensible, más real, más tuya. Sí, te tildan de naif, hippie, loca, irresponsable, incoherente, inmadura. La pregunta que más temés (porque no tenés la respuesta), es la que más te hacen: Qué vas a hacer?..... 
Y no sé, VIVIR.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Pequeñas cosas que nos pasan a los dichosos usuarios de transporte urbano (el bondi)



-          Mirar 50 veces a una mina que no sabés si está gorda o embarazada, obviamente decidís que está gorda y no le das el asiento (fea, fea actitud, lo sé).
-          Saber de memoria productos, beneficios exclusivos y precios de toooooodo lo que venden en el bondi. (la última son las lupas de bolsillo y los tarjeteros de una “cuerina vinílica ecológica simil cuero”).
-          Creer que tocaste el timbre y no, estabas con los auriculares y sólo amagaste. Te pasás de parada y el que está al lado tuyo te putea porque cree que tocaste.
-          Subir sin mirar que colectivo es (confieso que veo un naranja y subo, sólo por el color), preguntar a las 10 cuadras en cuál estás…y no, no era el tuyo, así que ha bajarse.
-          Estudiar a los pasajeros por equipaje, ropa, cara, supuesta profesión, etc. A ver si adivinás a dónde se bajan, si creés que es en las próximas paradas, te le pegás al asiento así lo ocupás primero. ….O esto lo hago sólo yo?
-          Tener un deseo casi primitivo de reputear al chofer cuando, con el colectivo que explota, dice: vamos, vamos, corriéndonos para el medio así hacemos lugar y entramos todos, y vos querés gritar: “a dónde mierda querés que me meta?”.
-          Saber que un día se te va a cortar el brazo al colgarte del pasamanos, con más seguridad al doblar a todo lo que da en una esquina. Esto sólo aplica a los bajitos cómo yo, nunca voy a entender por qué carajo no lo ponen más bajo???? Llego en puntas de pie.
-          Pedir permiso a quién está sentado a tu lado para poder bajarte, y que el muy c______ (rellene aquí con el calificativo que más le guste) no se levante, sólo te corre milimétricamente las rodillas, con lo cual hacés contorsionismo para pasar . Seguro le pegás de yapa un mochilazo y ligás puteada. ( Me pasa casi todos los días)
-          Querer tener un stock de auriculares para repartir a toooodos los que ponen música al mango en vivo, así nomás, para el disfrute del pasajero, te guste o no te guste. Me pone de pésimo humor.



Cuando está así, todo ordenadito,  es el paraíso...

martes, 25 de noviembre de 2014

En reforma interna



Si yo fuese yo parecía representar el mayor peligro de vivir, parecía la entrada nueva a lo desconocido. Sólo sabía que ya había empezado algo nuevo y nunca más podría volver a su dimensión antigua. Y sabía también que debía comenzar modestamente, para no desanimarse. Sabía que debía abandonar para siempre la ruta principal. Y entrar por el verdadero camino que eran los atajos estrechos”. EL LIBRO DE LOS PLACERES, Clarice Lispector.
Este post va de la mano con el anterior sobre la libertad : http://historiasporvale.blogspot.com.ar/2014/09/libertad-es-poco-lo-que-yo-quiero.html
Hacía unas semanas que no escribía, estaba justamente entrando en el camino de los atajos estrechos, saliendo de la ruta principal.
Parece tan obvio, pero tan difícil ser exactamente uno  mismo (o la versión más auténtica). Creo que cuando nos convertimos en adultos perdemos esa sinceridad de ser simplemente, sin prejuicios, ni preconceptos, ni conciencia de la mirada del otro. Perdemos el ser instintivo, el más ligado a los sentimientos , o por lo menos lo escuchamos poco.
Hoy elijo ser mi versión más auténtica, o por lo menos lo intento. Quién se anima?



lunes, 29 de septiembre de 2014

Vamonos de viaje Ricardo....



Me pasa que tengo una onda especial con los taxistas, todavía no descubrí por qué.
Cada vez que subo a un taxi, seguro termino  íntima del taxista, hablando de las profundidades de la vida.
Y casi nunca los uso, pero hace unos días me hice un viajecito con Ricardo, un divino total, que por media hora se animó a jugar y soñar conmigo.
Salía de trabajar y me sentía descompuesta, así que esquivé el bondi y decidí invertir en un taxi. Subí callada, sin muchas ganas de hablar, pero EL TAXISTA  buscaba charla, así que me dejé llevar….
Empezó preguntándome qué hacía, nombre, edad, bla, bla… Se presentó, me empezó a contar que él estaba cansado de trabajar y trabajar, y no poder disfrutar de lo que quería y estar más tranquilo, que este país de mierda, etc., etc…. Entonces, le contesto que estaba en él cambiar eso, que lamentablemente nadie lo iba a hacer por él.
Muy caradura le digo:
-          No te quejes más Ricardo y ponete las pilas!!!”
Se dio vuelta, me pidió la mano y me la besó:
-     Sos una loca linda, decirme: “ponete las pilas Ricardo”, a mí, que ya estoy grande, jajajaja. Pero tenés razón…qué hago?”
-          No sé, qué es lo que te gustaría hacer?
-          Viajar, por acá nomás. No pensar en trabajar, relajarme.
-          Y bueno, vámonos de viaje Ricardo, dale.
Y sin que le dijera nada, se prendió al juego, y empezamos a soñar con recorridos (obvio que le propuse Brasil, y las mil y una playas). Rápidamente armamos un presupuesto estimado: concluimos en que teníamos que hacer dedo. No había presupuesto para vicios, así que convenimos en que si él dejaba de fumar, yo abandonaba la cerveza… (y si, algo tenía que prometerle).
Hicimos un recuento de habilidades personales para sobrevivir: resultó ser buen cocinero y algo se defendía cantando. Inmediatamente decidimos hacer un dúo y elegimos un par de temas.
Acotamos el equipaje con una lista rápida de cosas a llevar, y así hasta que llegamos a mi casa.
Antes de bajarme, me dice:
-          Gracias flaca, yo no conozco el mar, pero por un rato soñé que me iba de verdad.
Se me hizo un nudo en la garganta…
Lo saludé con un beso. Quedamos en encontrarnos en un mes en el mismo lugar donde subí, él simplemente va a dejar el taxi estacionado y partimos…….