martes, 31 de marzo de 2015

El poder del miedo



El miedo es parte de nuestra vida, de la naturaleza del ser humano. Está ligado a nuestro instinto de supervivencia: es una señal de alerta. Aunque  la mayoría de las veces funciona como un STOP gigante: el miedo nos paraliza.
Padezco de algunos de los anteriores (los miedos paralizantes), pero creo mucho en los miedos que más me gustan: los que te alertan, pero al mismo tiempo te motivan, te obligan a superarlos. Si podés racionalizarlos, son grandes disparadores. Son un desafío. GRAN DESAFIO.
Hay miedos de todo tipo: reales, imaginarios, de que te pase algo físico, miedos relacionados a lo psicológico,  a lo sentimental, a lo material, miedos muy arraigados culturalmente…supongo que la lista es infinita. El denominador común es que son un obstáculo, a veces infranqueable y otras motivador. No dejan de ser una sensación, un sentimiento de peligro frente a algo que tememos o desconocemos.
Creo que cuanto más algo te asusta, con seguridad más razón tenés para enfrentarlo y hacerlo, porque seguramente es algo que deseás mucho. Y es ahí cuando nos enfrentamos con el gran poder del miedo: autoboicotearnos. Nos hace temer cosas, situaciones y personas que nos representan grandes desafíos, y muchas veces nos gana: nos impide hacer.
Y está bueno darles batalla, nunca es fácil, pero vale la pena.

jueves, 26 de marzo de 2015

El placer de no saber



No sé. Hoy me hace eco la famosa frase: "sólo sé que no sé nada", y la verdad… no quiero saber nada. Que todo me sorprenda. No tengo ganas de aparentar o demostrar saber, ser “algo”, me importa un carajo. No quiero saber, quiero sentir, es mucho más arriesgado pero proporcionalmente más placentero, más inseguro pero seguramente más intenso. Con certeza más irresponsable, pero más interesante. Te deja totalmente vulnerable, pero vale la pena. Hoy “voy viendo”, dejo que la vida me vaya presentando cosas, hago planes y los abandono, los vuelvo a retomar. Creo estar segura de algo y después dudo. Antes me hubiera reprimido y vuelto al “plan inicial”. Hoy, voy, vengo y vuelvo a ir, dejo que pasen las cosas, que sean, elijo, descarto, vuelvo a elegir.
 No sé, y me encanta. Mañana tal vez quiera saber de nuevo……

domingo, 1 de marzo de 2015

Incertidumbre



…qué palabra tan incómoda, tan difícil de calificar. Confieso que en el fondo me gusta mucho la incertidumbre, yo la llamo “el no saber”. Por lo menos a mí me genera cierto vértigo, hambre de llegar al momento de “saber” (si es que existe), me aleja de la rutina. Y las certezas (“el ya saber”) me dan cierta sensación de fin de batalla, de quedarme sin sueños, sin deseos.
Igualmente mientras vivo en cierta incertidumbre, anhelo la certidumbre de ciertas cosas y viceversa. Cuando algo parece cierto, confirmado, totalmente presente y real, me aburre un poco. Supongo que el equilibrio justo es exactamente ese desequilibrio: andar entre incertidumbres y certezas. Inquieta, insegura, irresuelta, vacilante, expectante, convencida y segura de que no tengo la certeza de NADA.

"La incertidumbre es una posición incómoda. Pero la certeza es una posición absurda" -Voltaire-